EL CONSEJO NAVARRO DE CULTURA SUGIERE ESTUDIAR ALTERNATIVAS AL PLAN ESPECIAL DE SALESIANOS
Ante el procedimiento administrativo que plantea cuatro torres de entre 13 y 17 pisos en la parcela que dejará libre en pleno centro urbano el traslado del Colegio de Formación Profesional de Salesianos, el Consejo Navarro de Cultura quiere expresar su desacuerdo y su oposición a que esta actuación se lleve a cabo tal y como está planteada en este momento.
El paisaje urbano histórico dePamplona-Iruña tiene la suerte de poder contar con una panorámica que apenas ha variado en los últimos siglos, como puede constatarse comparando los dibujos que conservamos de viajeros del siglo XVIII, con la vista que la ciudad ofrece todavía hoy cuando se llega a ella desde el norte o se pasea por las huertas de la Magdalena. Una de sus perspectivas más icónicas, por cierto, ya que es la que durante generaciones han pintado, fotografiado o filmado casi todos los artistas que han querido reflejar el que probablemente sea su paisaje más hermoso.
Vista de Pamplona dibujada por Le Jeune hacia 1823 |
Esa secular línea del cielo es la que ahora mismo está en peligro de muerte, porque las cuatro torres previstas la destruirán a perpetuidad. Y por supuesto que las ciudades evolucionan, pero creemos que los posibles cambios han de hacerse respetando los lugares o paisajes concretos que las hacen distintas las unas de las otras y, sobre todo, las hacen perfectamente reconocibles para quienes hayan vivido, viven y vivirán en ellas.
Hemos aludido previamente al paisaje urbano histórico de Pamplona. Para que todas las personas tengan una idea aproximada de lo que hablamos, diremos que la Recomendación sobre el paisaje urbano histórico de la UNESCO, de 10/11/2011, define cómo paisaje urbano histórico, la zona urbana resultante de una estratificación histórica de valores y atributos culturales y naturales, lo que trasciende la noción de “conjunto” o “centro histórico" para abarcar el contexto urbano general y su entorno geográfico.
Este contexto general incluye otros rasgos del sitio, principalmente su topografía, geomorfología, hidrología y características naturales; su medio urbanizado, tanto histórico como contemporáneo; sus infraestructuras, tanto superficiales como subterráneas; sus espacios abiertos y jardines, la configuración de los usos del suelo y su organización espacial; las percepciones y relaciones visuales; y todos los demás elementos de la estructura urbana. También incluye los usos y valores sociales y culturales, los procesos económicos y los aspectos inmateriales del patrimonio en su relación con la diversidad y la identidad.
En su preámbulo considera, además, que los conjuntos históricos urbanos están entre las manifestaciones más abundantes y diversas de nuestro patrimonio cultural común, que se ha forjado generación tras generación y constituye un testimonio crucial del quehacer y las aspiraciones del género humano a través del tiempo y el espacio.
Igualmente reconoce el carácter dinámico de las ciudades vivas. Observando, sin embargo, que el desarrollo rápido y a menudo incontrolado está trasformando las zonas urbanas y sus entornos, lo que puede fragmentar y deteriorar el patrimonio urbano afectando profundamente los valores comunitarios en todo el mundo.
Por lo tanto, afirma que para defender la protección del patrimonio natural y cultural ha de hacerse hincapié en la necesidad de integrar estrategias de conservación, gestión y ordenación de conjuntos históricos urbanos en los procesos de desarrollo local y planificación urbana, como los asociados a la arquitectura contemporánea y la creación de infraestructuras, y que la aplicación de un planteamiento paisajístico contribuiría a mantener la identidad urbana.
Considerando por último que el principio de desarrollo sostenible entraña la preservación de los recursos existentes y que la protección activa del patrimonio urbano y su gestión sostenible es una condición indispensable del desarrollo.
Así mismo, el Convenio Europeo del Paisaje (Florencia 2000) Ratificado por España, en vigor y de obligado cumplimiento desde 2008, insta a las administraciones y agentes de cada territorio a establecer los mecanismos adecuados para la efectiva protección jurídica del paisaje. En definitiva: a llevar a cabo una política de paisaje.
Dicen que el emperador Carlos V, al ver que habían construido una catedral plateresca en mitad de la mezquita de Córdoba, exclamó totalmente abatido: “Si hubiera sabido lo que teníais intención de hacer, de cierto que no os hubiera dado mi permiso, porque lo que aquí habéis hecho se puede hallar en cualquier sitio, mientras que lo que teníais antes no existe en parte alguna del mundo.”
Construir en este lugar torres exactamente iguales a las que se elevan ya en cualquiera de sus barrios periféricos conseguirá justamente ese efecto: hacer lo mismo que hay en cualquier lado, para arruinar un paisaje que sólo existe allí, pues superarán por ejemplo el impacto visual de la catedral gótica. Y ya no tendrá remedio.
También queremos dejar constancia de que entendemos que la zona y el entorno en el que se quieren edificar las torres, posee una importancia cultural innegable, si tenemos en cuenta la definición de la misma incluida enla Carta del ICOMOS Australia para Sitios de Significación Cultural - Carta de Burra, que entiende por importancia cultural, entre otros valores el estético, el histórico, y el social o espiritual que un sitio reviste para las generaciones pasadas, presentes y futuras y que se manifiesta físicamente en el sitio propiamente dicho.
Todas estas razones son las que nos mueven a solicitar que se adopten medidas para proteger este paisaje histórico y cultural, por lo que recomendamos que se valoren otras alternativas y se opte por soluciones urbanísticas más respetuosas con el entorno y con la propia historia de la ciudad.
EL CONSEJO NAVARRO DE CULTURA
KULTURAREN NAFAR KONTSEILUA